Porque

Porque no hay escritos sobre nosotros
Porque no tenemos una canción
Porque no somos dueños del destino
Porque hemos inaugurado algo
Porque un beso descubre secretos
Porque sobre el cristal mojado
puedes dibujar el mapa del amor
Porque no te escondes detrás de una careta cuando deseas
Porque no mientes si te entregas
Porque empezamos de cero
Porque somos milenarios
Porque la canción del tiempo nos pertenece
y siendo la misma, es diferente
Porque nos prometimos estrellas
Porque vamos
Porque volvemos pisando sobre la nieve
Porque el espacio es una metáfora
del corazón.

Lo que quiero

quiero que me veas tatuarme tu nombre
quiero escribir todas las palabras sobre tu boca
quiero arrarsar tu piel
quiero entrar
marcar el inifinito y volver
beber tu deseo
emborrachar mi corazón en tu mirada océanica
quiero
yo quiero porque quiero
quiero lo que quiero
quiero
quiero
quiero

Como un ángel

No sabíamos nada.
Sólo hablábamos por hablar.
Y el tiempo se iba sin decir adiós.

En la noche eterna
respirábamos el aire y la indiferencia de los cometas
encendimos el fuego
comimos con los dedos
lloraba el mar

Y un satélite sacaba fotos
de nuestro deseo
la piel sobre la piel
la verdad esculpida en el sudor
y después
menos que el silencio

No rompas mi corazón
le dije y, aunque soy un ogro,
puse cara de galán.

No lo hagas vos, respondió, y la vi meterse en el agua.
Tan desnuda como un ángel.

Blues del cowboy de juguete

 toy

No tengo una canción, baby.
Apenas el recuerdo de unos ojos en llamas
en la noche después del amor.
Nací donde el satanás perdió el aliento.
Nací desnudo. Y así vuelvo mi rostro al viento.
No tengo una canción, baby. Tengo gotas de tu sudor.
Y en el pecho, tu ardor.
Mi abuelo y yo arreábamos vacas al amanecer.
Vivíamos a nuestro aire, no sabíamos lo que era perder.
En las noches del sur, los viejos contaban fantasmas en los dedos de sus pies.
Yo, que tenía 5, contaba hasta diez.
El sabor de la hierba del campo
anticipó el de tus labios diablos.
Nunca entendí tan poco y me dieron tanto.
No tengo una canción, nena.
Apenas si de artista agito la vena.
Con una camisa en la mochila dejé mi tierra
En las librerías de una ciudad poblada aprendí a escribir como si fuera nada
entonces leí: “el que no se equivoca, erra”.
Yo no tengo una canción, baby.
Dibujo los contornos de un cuerpo sensual
a la orilla del frío mar.
Ahora que soy grande, recuerdo cuando fui salvaje.
Con todo este vagage
Con tanto teje y maneje
me convertí en un cowboy, un cowboy de juguete.
Ando con paso lento
Sombrero, jeans y pensamiento.