La era del hierro

 

Un gran negocio y una resurrección. De eso hablamos cuando hablamos de la segunda parte de «Ironman».
Un gran negocio porque aunque el foco estará puesto por unos meses en la secuela del filme dirigido por Jon Favreau, la verdadera mina de oro queda ubicada un poco más lejos. Se trata de un proyecto ambicioso y millonario del que «Ironman» forma parte como la pieza esencial de un complicado rompecabezas.
Aún no estrenada la continuación (el 30 de abril en el mundo hispano, el 7 de mayo en Estados Unidos) ya se hacen conjeturas acerca de una tercera parte que tardará en llegar. Antes de eso –en el 2012– Marvel Comics tiene pensado dar a luz el primer capítulo de «The Avengers» («Los Vengadores»), donde reunirá a «gente» como Capitán América, Thor y Hulk (el increíble).
Pero volvamos a «Ironman 2» y a la resurrección definitiva de Robert Downey Jr.
El secreto ha sido revelado: Tony Stark es (y lo disfruta como sólo él sabe hacerlo) Ironman, el nuevo héroe de la sociedad americana.
El gobierno de Estados Unidos, sin embargo, no está demasiado feliz con la noticia. Más aún tomando en cuenta el currículum de rebelde incorregible con que carga. Dentro de cierta lógica vinculada con la seguridad nacional, en una audiencia pública le exigen al genio millonario que entregue los archivos secretos de esta flamante arma. Como es de esperar, Stark se niega: «Es mi propiedad ¡No pueden tenerla! Pero les prometo que trabajaré por la paz mundial». Y los aplausos del numeroso público presente estallan al unísono.
Rodeado de su habitual glamour, ahora recargado con la gloria sobrehumana que le provee su armadura, Stark no imagina que entre las sombras se gesta una trama devastadora.
Mientras aparece como invitado en shows de televisión (Larry King lo entrevista como es lógico en estos casos) o asiste a exposiciones vinculadas con su excepcional invento y a cócteles varios donde las chicas de turno lo persiguen con los ojos en llamas, el siniestro Ivan Vanko (Mickey Rourke en otro papel a su medida) construye en silencio la pieza de energía maestra que alimentará otra estructura igual de poderosa que la de Stark.
La maldad de Vanko hará olvidar los truculentos planes del ya fallecido Obadiah Stane (Jeff Bridges). Desarrollará su propia versión de la armadura de Stark a la que le sumará dos látigos capaces de seccionar cualquier cosa con la que tomen contacto. Durante el Gran Premio de Montecarlo, del cual Stark participa, Vanko aparece disfrazado de asistente mecánico sólo para revelarse como un feroz contrincante que divide en dos el automóvil del millonario dejando a éste desparramado por el suelo.
Detrás del rostro y los músculos de Vanko se esconde otro enemigo temible. Se trata de Justin Hammer (el talentoso Sam Rockwell), un millonario competidor de la época en que Stark Industrias vendía armas que no puede con su envidia y sus ganas de conquistar el mundo. En el medio estarán como siempre Pepper Potts (Gwyneth Paltrow) y James «Rhodey» Rhodes (Don Cheadle), dos amigos de fierro para un hombre ídem.
También tendrá su papel en la trama SHIELD, la organización gubernamental (¿o paragubernamental?) encargada de fiscalizar el desarrollo y la aparición de nuevas armas en el mercado. Samuel L. Jackson interpretará a Nick Fury, su director; el buen actor Clark Gregg aparecerá otra vez como el agente Coulson y Scarlett Johansson interpretará a una seductora Natasha Romanoff también llamada Black Widow.
Con el paso de las horas los enemigos de Stark se volverán tan fuertes que al magnate no le quedará otro remedio que compartir su tecnología. Lo hace con su gran amigo «Rhodey», quien ya la vez anterior se había sentido tentado de meterse en un traje a medio terminar. La batalla final es un típico lujo «made in Hollywood».
Para cuando «Ironman 2» llegue a la pantalla grande en unos días, Marvel y Paramount habrán gastado alrededor de 100 millones de dólares sólo en promociones. Sin dudas, todos triunfarán: los estudios, Marvel Comics y, por supuesto, Robert Downey Jr., de regreso al paraíso donde viven las superestrellas.

Películas para el fin de semana

Socios del crimen

Una sociedad actoral bastante extraña y que podría haber dado incontables y jugosos réditos. No sucedió. Estas cosas pasan. Mucho más cuando la industria americana se cruza con algunos de los íconos del Viejo Continente. Allí están los espléndidos, los legendarios Gérard Depardieu y Harvey Keitel, víctimas de un guión horrible y de diálogos que no van a ninguna parte. También anda en los suyo un opaco Johnny Hallyday, el famoso cantante y actor francés. Una suerte de Mickey Rourke europeo. Una banda de amigos de escasas luces se mete con la mafia francesa y la de Chicago al mismo tiempo. Por supuesto, los persiguen los más variados y tontos maleantes que el cine pueda generar. Dirigida por Brad Mirman. Y este es un buen lugar para decir que Keatel merece ser visto más de una vez en “Un maldito policía” de Abel Ferrara (que muy lejos está de ser una comedia).

¿Qué pasó ayer?

Una comedia de excelente factura. Un hallazgo y una buena noticia para el universo cómico. La trama es ya mismo una invitación a verla. Un grupo de amigos se embarcan en una despedida de soltero que los deja a medio camino de un fantástico despelote. A la mañana siguiente del jolgorio se descubren en una lujosa y destrozada habitación de un hotel acompañados por un tigre, un bebé y la certeza de que han perdido tal vez para siempre al futuro novio. Todo lo que hicieron será revelado en los minutos siguientes de una manera graciosa e inteligente. Las sorpresas no terminan ahí. El más formal de los chicos en algún momento de la agitada jornada ha contraido matrimonio con una piba de la noche. Ah, ¡el tigre le pertenece a Mike Tyson! Dirigida por Phillips. Con una troup de conocidos actores del género como Bradley Cooper, Ed Helms, Zach Galifianakis y Justin Bartha.

Ironman

Ahora que faltan pocas semanas para que se estrene la segunda parte de Ironman, es pertinente recordar el excelente primer capítulo de esta futura y, sin duda, exitosa saga. Ironman es, además de un bien pensando filme acción, la oportunidad de Robert Downey Jr de volver a las grandes ligas. Ya lo hizo, como todos sabemos. Downey Jr. le ha otorgado al personaje su enorme talento y sensibilidad que ayudaron a que la película no sea otra más del género. Tony Stark es el irresponsable y egocéntrico (aunque genial) magnate que construye esta poderosa segunda piel con un centro de energía eterna. Entre fiesta y fiesta se da el lujo de combatir el mal en el planeta. Dirigida por Jon Favreau. Con la hermosa Gwyneth Paltrow. La segunda parte tendrá como actores invitados al ya renacido Mickey Rourke y a la siempre sensual Scarlett Johansson.