La iconografía y el misticismo que «Playboy» representó durante años enfrenta hoy un nuevo reto: conquistar a las nuevas generaciones que ya no las prefieren siempre rubias y que, web mediante, construyen otros imaginarios masculinos.
La iconografía y el misticismo que «Playboy» representó durante años enfrenta hoy un nuevo reto: conquistar a las nuevas generaciones que ya no las prefieren siempre rubias y que, web mediante, construyen otros imaginarios masculinos.